jueves, 24 de febrero de 2011

La literatura y su función





Paco Ignacio Taibo II aboga por la función social de la literatura, "es siempre subversiva", dice. En cambio Harold Bloom anuncia como innecesario el valor sociocultural de este arte, pide, en cambio, que se haga litertura por literatura. Culler afirma que las letras pueden llegar a ser una arma de doble filo, pues pueden someter a un pueblo en el embrutecimiento, así como también pueden liberarlo. Platón condenaba a la poesía como peligrosa para su República, y Aristóteles la recogía como el punto donde concentrar la catarsis.

¿Hay o no hay, con un carajo, una función social de la literatura? Realmente tratar de buscar un factor pragmático en la literatura puede llegar a ser fácil, de manera superficial. Sin embargo, al intentar definir literatura (para poder después encontrar su intención funcional) nos encontramos con el primer problema de un largo éxodo que pareciera no terminar nunca.

He estado leyendo el Canon occidental de Bloom, y es factor de un ruido molesto y paradójico el hecho de que para el crítico del canon afirma que es estúpido mirar la literatura con esos ojos de crítico marxista. Amén de su aseveración, dice que leer a Shakespeare no nos hace mejores ni peores personas dentro de la sociedad, no proporciona un cambio sociocultural; pero sí puede ayudarnos a que sepamos entablar un diálogo con nosotros mismos. Tomando en cuenta que si el ser se encuentra dentro de una sociedad, entablar un diálogo consciente con uno mismo es provocar un cambio dentro de una pequeña porción de la sociedad. Es una contaminación literaria. Se facilita la capacidad de diálogo, y ésta se contagia también a otras personas. Lo que logra un estado de mejoramiento en la sociedad. Ergo de una u otra forma la literatura está cumpliendo con un fin social de manera indirecta. Aunque tal vez si Bloom viera esta afirmación tal vez me negaría el acceso al canon, acceso que de todas formas no tenía y nunca podré tener. Quizá mi entendimiento no me ha permitido más que ofrecer algunos cálculos poco razonables, tal vez sofistas; pero, es debido a que aún sigo pensándolo.

A pesar de todo, podemos ver, en ejemplos de la realidad, cómo es que un poema de Mario Benedetti, (pongamos "Te quiero") puede causar un golpe en la conciencia de los jóvenes y buscar un cambio en su sociedad, inspirados en los versos que dictan: "te quiero porque tu boca/sabe gritar rebeldía". No olvidemos tampoco que Riva Palacio hizo una galante burla a la aristocracia que a fin de cuentas desertó. O cómo es que han abierto las vanguardias nuevas puertas para los estudios de género comenzando con cuentos como "El anillo" de Elena Garro, o la antología de cuentos De amores marginales, compilada por el doctor Mario Muñoz, que ha provocado una revisión más detallada a una sociedad que ha asumido el rol de juez sexual.

Pero tampoco podemos ignorar el hecho de que la literatura es la reina de la subjetividad y esto da paso a lecturas que son guiadas por diferentes paradigmas. Pondré un ejemplo anecdótico:
En algún momento, platicando con una amiga italiana salió a relucir Bocaccio en la conversación. Yo le comenté que me parecía un ser bastante misógino por el trato que le da a las mujeres en El decamerón. Ésta es mi postura, la mía y la de varios más. Pero para mi amiga, Bocaccio daba, en su máximo libro de cuentos, un panorama muy amplio del amor. El amor en sus diferentes variantes. La mujer amando en diferentes contextos socioculturales. Para ella, Giovanni Bocaccio no tenía pretenciones misóginas, sino al contrario, feministas.

Es por eso que Platón no ve con buenos ojos a la poesía en la su república ideal. Porque ésta está tan sujeta a la interpretación que cualquiera puede interpretar lo que su grillo le mande; cosa que puede ser peligrosa para la comunidad.

En fin, al vez incalculables sean los apuntes sobre los efectos pragmáticos de los textos literarios. Muchos serán de mayor aporte que este mero esbozo, claro está. Este breve artículo es sólo un eructo de mi curiosidad. Sólo era una necesidad de explotar debido a la confusión que provoca la dichosa finalidad de la literatura. Mientras más leo, más me puedo convencer de que jamás se sabrá una respuesta; pero, mientras esto ocurre, se impodrán modos apócrifos de usar la literatura.

2 comentarios:

  1. Bueno, sé de antemano las payasadas que pueden salir de la sociocrítica marxista, pero sí hay ciertas obras que requieren de esa visión para entenderse, un claro ejemplo son las distopías.
    De Harold Bloom me guardo muchos comentarios, la verdad es que pierde muchísimo con ciertos escritores; no entiendo cómo en el canon se olvida de Revueltas, de Yañez y de Rulfo, y coloca a otros mexicanos que, sí, son buenos, pero se olvida de los que muchos consideran "modernizadores de la literatura mexicana", al igual me extraña no encontrar a Onetti y que sí esté Carlos Fuentes y García Márquez. Además es excesivamente etnocéntrico, hay una clara preferencia por obras escritas en inglés por sobre otras lenguas.
    Regresando a la función social de la literatura, hay escritores cuya obra te obliga a buscar una intención en ella basándote en una función social. En los tiempos más extremos la poesía pierde su carácter multifacético, pues en determinados momentos lo poético tiene que gritarse sin ornamentos, para que llegue a todos los oídos. Hay una canción de Chico Buarque, tomada de un poema de César Vallejo según recuerdo, inicia diciendo "Padre, aleja de mí ese caliz, de vino tinto y de sangre" (la canción está en portugués), y se cantó en un país de sumo culto religioso, durante una dictadura, creo que es entonces cuando la función social de la literatura actúa, cuando es una arenga por la libertad, algo parecido a lo que sucedió con los escritores catalanes durante el franquismo, el sólo hecho de atraverse a plasmar algo en catalán durante aquella dictadura convertía la poesía en un grito de libertad, lo cual para mí tiene mucho valor. La obra de Revueltas se entiende con sociocrítica, y sus novelan lo convirtieron en el líder intelectual político de México en su tiempo, él es de mis escritores favoritos y yo pondría su literatura, dentro de un panorama nacional, sólo por debajo de Agustín Yañez (lo dejo en un panorama nacional pues resultaría muy conflictivo extender esa afirmación, no sólo por que pudiesen atacarla, sino porque a mí mismo me costaría trabajo decirlo).
    Tu conclusión me parece completamente acertada, en fin, no cualquiera puede leer cualquier libro, recuerdo cuando tenía 13 años y quise leer Así habló Zarathustra (huelga mencionar que tuve que dejarlo a las cincuenta páginas), no estaba preparado y probablemente siga sin estarlo, pero por lo menos ya lo leí. Así pasa con cualquier libro, a veces nuestras interpretaciones son tan vagas que no dan justicia al texto, sólo para retomar las teorías marxistas y ejemplificar, está [i]1984[/I; ciertas personas adscritas a ideologías de izquierda sólo perciben la parte directa del mensaje cuando leen el libro de Goldstein, que tiene bastantes ideas muy ad hoc con cualquier izquierdista, pero no sé si no terminan de leer el libro o de plano no lo comprenden, y no ven el intenso golpe que George Orwell (pseudónimo de Erich Blair) lanza contra el comunismo stalinista.

    Muy buena aportación.
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    Respuesta de Cerramida en el foro Ba-k.com

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  2. Acertada es tu primera preocupación antes de divagar más por cuál es la función, me refiero a la pregunta ¿qué es literatura? Como sabemos, en la actualidad no es fácil asir una obra nueva y estudiarla, clasificarla dentro de nuevos parámetros, porque no podemos salir de la línea clásica, de lo que ya existe, esto es, el canon de occidente (no precisamente el que sentencia Bloom, sino el que es colectivo); quiero decir que si emergen nuevas letras, éstas están sentenciadas a clasificarse en alguno de los movimientos literarios de la historia, porque caemos en el real e inevitable ya todo está dicho.

    Tal parece que el siglo XX fue el siglo de las últimas gestaciones literarias que hayan tenido tanto impacto en la sociedad. El Boom Latinoamericano hizo que la gente analfabeta se aprendiera varias páginas de Cortázar o de García Márquez, en fin, que la gente leyera. Es posible afirmar que los autores del Boom en realidad no escribieron para un fin social, entonces quizá la función viene implícita. Ya los formalistas niegan los fines pragmáticos de las obras, pero me imagino que estaríamos desechando tantas comunidades levantadas por unas simples palabras: retórica.

    Hay obras ejemplares como El libro de Buen Amor de Arcipreste de hita que su función era enseñar (como una catarsis). El lector contemporáneo quizá no encuentre lo mismo que encontró un habitante de aquella época. Para no salirnos de la valoración literaria, tenemos que entrar en el contexto histórico-social para comprender y no exigirle a la obra lo que no puede dar. Con esto volveríamos a la pregunta del millón: ¿qué es literatura?, porque hace mucho tiempo no se tenía este concepto. Por supuesto, no hay respuesta todavía, y mientras no haya una definición casi dirigida por un dios, habrá huecos en las concepciones acerca de la función literaria. Pues Quike, este tema se hará universal como el de: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, y…. Ya te sabrás la otra.

    Honestamente: Marionote.

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