miércoles, 2 de junio de 2010

Un taco de ojo. (Parte 1)

Como ya había mencionado, en este blog también tiene la palabra el arte; ahora me toca presentarles algunas obras que han sido emblemáticas para el siglo XIX y han marcado una diferencia en lo pictórico.

En el siglo XVIII hubo un enorme crecimiento de la edificación de iglesias y templos en México, esto influenció el campo de las artes, en especial de la pintura. Otro tema que se empezó a poner de moda en ese tiempo fue el retrato, fue entonces que lo religioso se fusiona con este tema y se comienza a pintar retratos en donde se exaltaban los valores y virtudes de la gente que era retratada. También se incrementó el número de pinturas de santos. En este siglo destacan nombres como Cristobal Villalpando, Juan Correa, José de Ibarra, Joseph Mora, entre otros.

Justificar a ambos ladosJosep Antonio de Ayala
La familia del Valle a los pies de la Virgen de Loreto, 1769.

En el siglo XIX todo esto se viene a romper, los artistas centran su mirada en otro aspecto: lo cotidiano. Así como empezó a cambiar la mirada de México, y la de los artistas. Lo religioso había quedado atrás para dar paso a los inicios del arte mexicano.Si bien en el siglo XVIII había abundancia de retratos, en el XIX hay abundancia de estampas cotidianas y paisajes con toques realistas, se deja atrás lo fantástico para dar paso a las costumbres, lo que acontecía en la realidad de ese nuevo México.

José Jara
El velorio.

Un ejemplo de esto es la obra de José Jara, en la pintura El velorio. Podemos observar una escena muy común, pero que no es hasta este siglo que se comienza a mostrar. La expresión de dolor de los presentes, los colores que adornan la escena, el detalle y acabado de los fondos logran una estampa muy humana; con cierto dejo de tristeza, pero aun así muy cálida; Conceptos completamente opuestos pero que con habilidad lograron unir los pintores del XIX.

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